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Los pobres son las víctimas del coronavirus, los ricos han huído

palominoPOR WILLIAM PALOMINO

Mientras el coronavirus continúa su ofensiva en todo el mundo, está claro que igual a todas las enfermedades contagiosas que existen su blanco principal son los pobres que han sido abandonados a su suerte por el sistema capitalista imperante. Esta conclusión ha sido verificada por resultados de investigaciones científicas que muestran que personas de estratos económicos bajos (la mayoría) son los más vulnerables a contraer la enfermedad. Ellos también tienen la probabilidad mayor de morir, a eso añadir a personas que están sanas que sufrirán pérdidas de salarios, empleos y seguro médico como resultado de las cuarentenas forzadas y otras medidas.

Estudios sobre la gripe (influenza) muestran que en una epidemia, la pobreza y la injusticia son factores que exacerban la transmisión de enfermedades y causar muerte. La Dra. Nicole A. Erret de la Universidad de Washington dice: “Las condiciones sociales empeoran después de un desastre porque los pobres están obligados a aceptar niveles más altos de riesgo, está situación del coronavirus es el ejemplo perfecto de esta situación”. Las medidas de salud preventiva y educación favorecen a la gente rica.

El riesgo socio económico (la pobreza) se suma a la tercera edad y las condiciones de enfermedades pre-existentes, como resultado estas condiciones hacen hasta 10 veces nada letal de acuerdo a data recientemente publicado por el Centro de prevención y control de enfermedades contagiosas de China. Al mismo tiempo, las personas pobres tienden a adquirir enfermedades crónicas entre los 5 y 15 años de edad.

Por un lado la Organización Mundial de la Salud dice que las personas mayores de 70 años tienen los riesgos más drásticos de morir por el coronavirus, pero este estudio reciente concluye que la edad de riesgo para las personas pobres es de 55 años de edad.

En China, como en todo país capitalista (más aún el Peru), hay una gran cantidad de trabajadores informales y no reciben ningún beneficio social ni laboral durante las cuarentenas, esos trabajadores por necesidad y para dar de comer a su familia (el hambre), son obligados a trabajar en contacto regular con otras personas, por lo tanto tienen más chances de ser contagiados. A esto se agrega la incertidumbre de tocar y conversar con sus niños y familia para evitar la transmisión.

En Nueva York, las enfermeras que vuelven a casa después de trabajar de 12 a 16 horas diarias, duermen en el garage o en sus carros para no contagiar a su familia. Más del 80% de los trabajadores viven de cheque en cheque que generalmente es de dos semanas, de allí unos tres cuartos del salario se va para pagar el alquiler y el resto para la comida. Es por eso hay un récord de millones de desempleados. Si algún miembro de la familia se enferma, igual que en el Perú, dejan de comer porque las medicinas son las más caras del mundo.

En EEUU, el 90% de ricos cuyos salarios están al tope de la sociedad, gozan de días libres por enfermedad en casa, mientras que el 47% de trabajadores pobres tienen ese beneficio. Ni hablar de los trabajadores informales y millones de trabajadores indocumentados, ellos no tienen ningún beneficio. El 2019, según una encuesta de Gallup, el 26% de la población total (233 millones), no tienen ningún seguro médico, y de los trabajadores con seguro médico el 25% no sigue las recomendaciones del médico para hacerse los exámenes y comprar medicinas por altos costos del copayment (del 20 al 50% del pago debe salir de sus bolsillos). El coronavirus a sacado a la luz la bancarrota del sistema de salud de EEUU, eso no quiere decir que ese país no tenga las mejores clínicas especializadas del planeta, pero es solo para los ricos.

Lo que está pasando en Nueva York se viene repitiendo en Detroit, Chicago, Nueva Orleans y Los Ángeles, con gran cantidad de muertos negros y latinoamericanos. En el sur con los negros muriendo en gran cantidad en los estados de Georgia, Louisiana, Mississippi y Alabama. El Pentágono ha solicitado 100,000 bolsas de plástico. Los ventiladores y equipos de protección incluyendo mascarillas se han agotado, un riesgo de vida o muerte para los trabajadores de la salud, pero los agentes de inmigración (la Gestapo de EEUU) todos bien protegidos con máscaras N-95, siguen persiguiendo y sacando de sus casas a los trabajadores inmigrantes. Ni que decir de Trump que amenaza invadir Venezuela.

El gobernador de Nueva York, el italiano Andrew Cuomo, cuyo hermano el periodista de CNN Chris Cuomo está infectado, dice que el coronavirus es un “igualizador” que ataca sin distinción de quien es pobre o rico, eso es una farsa. Lo que sucede es que el y el “virus Trump” están ocultando el ataque del capitalismo a las comunidades latinas, negras, asiáticas e indígenas.

Reciente informe de investigadores del CDC de EEUU dice que la distancia social debe ser de 4 metros porque el virus se esparce en el aire a esa distancia, no de los 2 metros. La pregunta es, como se van separar los 2.2 millones de presos que viven hacinados en las cárceles de EEUU? Es una sentencia a la pena de muerte.

Chicago ya reportó 213 presos infectados en sus cárceles pero esconden la cifra de muertos. Como podrían mantener distancia social los 100 mil desamparados de la ciudad de Nueva York que están refugiados en los trenes subterráneos de la ciudad? Este caso bien escondido por el gobierno de EEUU, no es mejor que el de los refugiados de la guerra de Siria.

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