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Olvin Ferrera un artista de éxito que surgió en medio de la adversidad

Para Olvin perder las manos no fue un obstáculo, hoy se proyecta como un pintor de mucho éxito en su país.

La historia de éxito es la de un hondureño que logró sobreponerse en medio de la adversidad. Olvin Ferrera quien actualmente es un destacado dibujante y pintor perdió sus dos brazos en un accidente durante su periplo por los Estados Unidos en busca del sueño americano.

Nació un 11 de Abril de 1981, en La Ceiba, en el seno de una familia de escasos recursos económicos,  sus padres se separaron cuando tenía cinco años, siendo el menor de  tres, apenas terminó la primaria. Olvin para ayudar a su madre se dedicó a trabajar desde  los 12 años, lavando carros, empacando en supermercados, entre otros muchos oficios.

Cuando cumplió los 18 años  y con muchos problemas económicos decide viajar a los Estados Unidos, de forma ilegal, en busca de una oportunidad para labrarse un futuro mejor así poder ayudar a su familia.

Desafortunadamente, no logró su objetivo, después de vanos intentos en cruzar la frontera a los Estados Unidos decide quedarse en México, donde logra encontrar un trabajo como albañil. Es allí cuando cambia la historia de su vida: “Uno de esos días cuando faltaban 10 minutos para la hora de salida,  alguien había colocado una varilla en la segunda planta de la construcción donde no debía estar, Olvin muy acomedido decidió subir a quitarla, tomó la varilla con ambas manos y la lanzó hacia atrás sin darse cuenta que cruzaba un cable eléctrico de aproximadamente 34,000 voltios. La varilla hizo contacto con el cable y se electrocutó.

Olvin, a consecuencia del fatal accidente perdió las dos manos. “Fueron momentos muy duros y difíciles, pensé que nunca podría superar esta situación y más aun estando lejos de mi familia que se encontraba en Honduras”, relata su historia.

Tiempo después, las heridas en su cuerpo fueron sanando más no así las heridas emocionales. “A veces soñaba que tenía mis manos, pensaba que esa era la realidad y cuando estaba despierto pensaba que dormía y que tenía una pesadilla”, agrega.

EL TEMOR A INICIAR UNA NUEVA VIDA SIN SUS MANOS

La mayor preocupación era iniciar una nueva vida sin sus manos, ¿cómo iba a hacer para poder sobrevivir? pensaba que siempre necesitaría de alguien que le asistiera.

Olvin comenta  que hablaba mucho con su madre, desde México, pero no tenía coraje para revelarla sobre sus manos, porque sabía que ella sufriría mucho. Seis meses después del accidente llama a un tío y le cuenta  lo sucedido, para que fuera él quien le diera la mala noticia a su madre.

Después  de permanecer nueve meses en México decide regresar a su tierra natal, logra reencontrarse con su madre en la frontera de Guatemala y Honduras  “Me Abrazó con tal fuerza que ni se fijó que ya no tenía mis manos teníamos dos años de no vernos” comenta Olvin.

Esta es una de las hermosas pinturas de su creación que exhibe Olvin.

Un tiempo más tarde le fueron implantados prótesis en los brazos provistos de ganchos, que progresivamente fueron suplantando a sus manos, a tal punto que podía agarrar objetos desde una aguja hasta una cuchara para comer. Pero, Olvin sabía que eso no era suficiente para sobrevivir, así es que ya reunido con su familia y con la mente más clara empezó a proyectarse en otras actividades que le sirvieran de sustento y que no requiriera sus manos. En un principio pensó en cantar pero luego desistió: “Mi voz es malísima y no soy muy guapo”, bromea.

EL DESPESTAR DEL TALENTO ARTISTICO

De tanto pensar, un día sentado en la puerta de su casa le vinieron recuerdos de cuando era niño, que le gustaba hacer dibujos viendo a unos vecinos que eran muy buenos con el lápiz. El no era muy bueno dibujando de niño,  pero llegó a la conclusión que ahora tenia la oportunidad de aprender a dibujar, puesto que disponía de mucho tiempo. ”Si puedo agarrar una cuchara, comer y vestirme, por qué no puedo agarrar un lápiz o un pincel”, se preguntó.

Asumió ese reto, tomó un pincel empezó a dibujar en un trozo de papel. Después de algunas horas se detuvo, era la primera vez que pintaba en esas condiciones, pues no esperaba gran cosa, sin embargo la gente hacían buenos comentarios de sus paisajes. Olvin pensaba que lo hacían para hacerlo sentir bien.

Siguió practicando, los siguientes dibujos eran mejores  hasta llegó a venderlos. Entusiasmado asistió a cursos de dibujo y pintura para mejorar su técnica, más adelante participó en concursos de dibujo, quedando en primer lugar, que le permitió ganar una plaza de dibujante en una empresa. “El día de la entrevista fui  muy asustando, porque los ejecutivos solo habían visto mis pinturas, más  no me habían visto físicamente”, relata Olvin.

Ya contando con un empleo, decidió continuar sus estudios, sólo había cursado hasta sexto grado, para esa fecha tenía ya 24 años de edad. En su primer día de clases  sentía tanto miedo de que las personas no lo aceptaran, estando en la puerta del salón de clases estuvo a punto de darse por vencido, pero tomó  valor e ingresó. “Fui presidente de aula” recuerda con alegría Olvin.

Durante el día trabajaba y por la noche estudiaba,  mientras que  en sus ratos libres seguía dibujando retratos y pintando óleos.  “Era muy cansado, pero al fin por primera vez en toda mi vida estaba siendo útil”, expresa Olvin quien se graduó  en la Secundaria y logró abrirse paso para ingresar a la universidad.

El artista está casado y tiene un hijo. Dice que por nada cambiaría su vida, “Si Dios me dio esta segunda oportunidad voy a aprovecharla al máximo. He perdido mis manos, pero he aprendido mucho de ello, aprendí a superar los miedos, aprendí a tomar retos, aprendí que cuando se pierde algo siempre hay una salida para seguir adelante con mucha fuerza y voluntad”.

Actualmente, Olvin estudia Diseño Grafico en una de las universidades más prestigiosas de Honduras, al poco tiempo de ingresar le dieron una beca como alumno colaborador, solo le quedan un  20% de sus clases para graduarse. “No ha sido fácil, ha sido muy duro, pero nunca me he rendido. Dios me ha dado fuerzas para seguir delante, él cambió mi vida. Han pasado 10 años de aquel terrible accidente,  en este tiempo he tenido más logros que en los 19 años cuando tuve mis manos” expresa Olvin.

Olvin fue visitado por el famoso Dr. Robert Rey del  programa Dr. 90210, quien durante su visita el 2009 mostró su asombro al ver como el artista realizaba sus pinturas sin tener manos.  “Eres un ángel y un héroe”,  fueron las palabras de Rey en aquel entonces.

POR: KENIA VALLADARES

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